Volver a navegarlo


No es que rechace tierra firme, ni sea tan duro y cortante como las rocas afiladas de un río, ni deseo parecerme a esos salmones que vuelven a contracorriente del mismo para tornar al lugar donde nacieron a asentar sus huevos. No soy inerte y previsible como el musgo que se forma a las orillas dejando pasar el tiempo hasta que una sequía amarilee sus raíces y muera.

Simplemente me gusta navegar este río, acomodarme en esta pequeña balsa que he hecho mía, y notar como el flujo del agua nos va guiando por cada uno de los entresijos que la corriente ha preparado. Notar que aunque el sonido del agua de alrededor quiere hacerse notar acelerada como las alas de los pájaros que aprovechan a beber en su superficie, las plantas de mis pies siguen notando la madera firme, desafiando el agua con un aspecto tan rígido y natural que flota sobre ella. Un espacio desde donde mirar el devenir del río, y disfrutar introduciendo las manos hasta notar esa fluidez, ese intento vago del agua, de pertenecer a un mundo sólido, al encontrarse en corriente con el tacto de los dedos.
Viajar desde aquí arriba, no es lo mismo que caminar por el pedregoso sendero que recorre el río por su orilla. Solo desde aquí, y aunque vuelva a revivirlo, siempre son distintos mis movimientos. Al cerrar los ojos cuando anochece, no imagino cada piedra del camino inmóvil y fiel a su posición habitual como lo hacía cuando disfrutaba del torrente desde esa margen pétrea inquebrantable. Ahora se cierran, y los recuerdos se amontonan en mi mente como nuevas experiencias que hacen que mi cuerpo no se canse al revivirlas, y mantenga esta inquietud por retomar el viaje, por volver a navegarlo.

Por eso miro esta balsa fijamente, a solo un palmo de mi cara, y acaricio sus vetas para percibir y arreglar cualquier pequeño defecto que surja en su superficie y haga hundirme y desaparecer en el río en el que tanto he disfrutado. Mientras la observo, me pregunto qué propiedad de esta madera es la que después de haber sido despojada de su árbol, y de su supervivencia, la hace capaz de hacerme flotar sutil y elegante por la superficie, entregándome tanta vida.

1 comentario:

india dijo...

Heeeeeeeeeyyyyy,qué alegría,qué sorpresa,qué gran noticia!!!
Y qué manera de volver a regalarnos esas letras tuyas...
Una caricia a la madera de mi parte,sí?!
Aaaaaaaaaaaachuchones!!